Me llena de repudio que
en toda la plenitud de nuestros tiempos actuales, se pueda ver a una
gran masa de intelectuales y artistas firmar alegremente un
“manifiesto a favor de la libertad de las corridas” que defienden
como si de arte bello y estético se tratase; más aun, cuando por
casualidad mis ojos posan la vista en algún televisor encendido y
veo ese horrendo espectáculo me parece tan igual como si apreciara
el antiguo ritual del tauropolium, y es como si me arrancaran del
siglo XXI y me hicieran aterrizar en el medioevo o alguna época
anterior.
Es lamentable también
que Mario Vargas Llosa y Alfredo Bryce Echenique encabecen la lista
de los desfasados signatarios de este atroz documento que a
continuación analizaremos:
“El arte y el
espectáculo taurinos son una tradición profundamente arraigada en
el Perú criollo, mestizo y andino. Representan un elemento central
de las fiestas patronales que, a su vez, operan como mecanismos
integradores y de cohesión social y cultural.”. Cualquier cosa en
esta sociedad “puede” ser un elemento cohesionador, un
cumpleaños, un aniversario, una fiesta, una matanza, en fin... en la
gran mayoría de los pueblos andinos que conozco el espectáculo
taurino no es ningún elemento central, es más, no
se mata toros, solo se juega con ellos sin lastimarlos, lo que demuestra la nobleza y valentía de la gente del ande, que "torean" desarmados.
“Las corridas de toros
son un espectáculo de masas que no generan manifestaciones
violentas, ni actos vandálicos, agresivos o de fuerza dentro o fuera
de las plazas de toros. No fomentan, por tanto, una cultura de
violencia entre los jóvenes, como se pretende afirmar. Fomentan, más
bien, valores y capacidades humanas como la valentía, el heroísmo,
la superación ante las adversidades, entre muchas otras.”. ¿No
generan manifestaciones violentas?, si el espectáculo en sí ya es
una manifestación de violencia enmascarada y mal llamada arte, que
es tan igual a la matanza de cristianos en el Coliseo Romano, solo
que cambiando de especie a la víctima y de lugar.
“Una serie de normas
ordenan el espectáculo taurino. Así, este se constituye en una
liturgia que pone de manifiesto el respeto hacia el toro de lidia y
la nítida metáfora que supone un rito en el que el hombre busca
imponerse ante la muerte a través de la creación estética y
artística.” ¡NO PUEDE SER! ¿Ahora se supone que se le demuestra
mucho respeto a un animal, torturándolo y matándolo? Y para
terminar esta parte me parece que la metáfora no se acerca para nada
a un hombre imponiéndose ante la muerte sino más bien a un ser
criminal y voraz destruyendo la vida, y no tiene nada de estético
ver eso. No me malinterpreten no soy vegetariano, he visto como matan
a muchos animales para la alimentación, y es una muerte rápida y
limpia, eso si lo veo poético, que un animal sea sacrificado para
darle vida a otro, para alimentar a gente hambrienta y no que sea
sacrificado para alimentar el complejo de inferioridad que sienten
algunos acomplejados, y, que los arrastra a cometer un acto de
tortura con el fin de elevar un poco su esmirriada autoestima. Esto
no tiene nada que ver con la “sensibilidad que no nos permite
apreciar” a la que hacen referencia en su ridículo manifiesto; y
con el que pretenden defender esta práctica medieval que pretende
seguir siendo practicada, sin sentido, sin lógica, sin respeto, sin
inteligencia, sin necesidad, con una carencia total de valores y a
los que defienden como propulsores de “valores y capacidades
humanas como la valentía, el heroísmo, la superación ante las
adversidades” como si tuviera algo de valeroso enfrentarse a un
toro lesionado, usando armas y escudados con un corro de canallas; ¿qué capacidad
humana va a ensalsar ese acto?, como si se tratasen del atletismo o la
natación; hablan de superar la adversidad cuando es el toro el que
da un ejemplo de estamina y fuerza, mientras que el cobarde y
criminal ser dizque humano lo acuchilla y violenta para alegría de
una morbosa fanaticada. Cuan diferente sería este espectáculo si
entrara el sujeto, ese, semidesnudo y desarmado para demostrar todas
las capacidades y valores de los que dice goza y se enfrenta al toro
en esa forma y así demostrar valentía.
Todos ustedes signatarios
de ese documento, personas a las que en algún momento admiré, ahora
los considero propulsores del crimen. ¡Criminales!
Con ustedes, este documento nefasto: