Esta semana los medios de
prensa no han dejado de hablar del tema ni por un minuto, y
nuevamente nuestro país está polarizado. La visita de la fragata de
guerra británica HMS Montrose estaba programada del 22 al 26 de
marzo al puerto del Callao; sin embargo, el día 19 el canciller
Rafael Roncagliolo canceló la visita de dicha fragata a Perú. Lo
primero que se escuchó antes de la cancelación de la cita, fue la
vos de los diarios argentinos satanizando a un país al que más bien
deberían agradecer, por el apoyo durante la guerra de la Malvinas,
apoyo desinteresado que fue pagado años más tarde con la traición,
pues Argentina le vendió armas al Ecuador en pleno conflicto con
dicho país. Hemos sido más amigos de lo que hasta éste punto se
merecían, y no fue por la presión de estos tabloides que el
canciller Roncagliolo decidió la cancelación sino más bien por el
espíritu de una nueva unión entre los países hermanos de América
del Sur. Ahora bien, luego de la cancelación, una grupo de
congresistas arremetió contra el canciller empezando con Bruce y
Lescano, este último, acostumbrado a pedir rendición de cuentas de
cualquier cosa que no le gusta; así pues, le sigue el denunciado
director de un diario peruano que considera este hecho como un
“papelón” y además considera esto como un “enfriamiento” en
las relaciones con el gobierno británico; luego el diario bonaerense
“La Nación” anunció en tono petulante que la presidenta
Cristina Fernéndez había desplegado “intensas gestiones”
gracias a las cuales se impidió que Perú recibiera a la fragata;
luego, una desquiciada bancada de oposición anuncian una censura
contra el canciller; finalmente, la vocera de Fuerza 2011 Cecilia
Chacon dice que Roncagliolo debería dar un paso al costado, pues es
lo único que, al parecer, conocen estas personas, dar pasos al
costado y listo. Y así toda una seguidilla de gente dispuestas a
besar pies británicos, a pesar que en el último comunicado
británico declaran que las relaciones comerciales siguen vivas con
Perú. Y hablando de relaciones comerciales, si bien es cierto es el
segundo país del mundo que invierte en Perú, esto tampoco es una
dádiva, esto equivale a decir que es el segundo país del mundo que
viene y explota recursos y se lleva el dinero peruano; o sea, tampoco
son nuestros mecenas sino un inversionista más con obviamente una
gran ganancia lograda de esta tierra, por lo que ellos también nos
deben gratitud y respeto.
A mi particular formar de
ver las cosas, la decisión del canciller Roncagliolo, si bien pudo
ser oportuna de haberse dado antes, y que puede parecer una grosería,
fue lo mejor que pudo hacer; no por la presión de Argentina, que nos
debe mas gratitud que repudio, pues hemos sido sus mejores vecinos en
estos largos años de nuestra América latina aunque mal han pagado;
sino porque para empezar la visita de una fragata de “guerra” en
momentos de conflicto es un acto hostil para la región y solo
pretendía ser una maniobra disuasiva al reclamo argentino, un acto
totalmente grosero de parte del gobierno británico; segundo, que el
Perú es soberano y sus decisiones no se basan en las presiones de
uno ni de otro bando.
Peor aún son los
comentarios de los lectores de los diarios Perú.21 y El Comercio.
Son lamentables pues aunque es muy cierto lo que recuerdan de la
guerra con Ecuador y de cómo Argentina le vendió armas a Ecuador,
también deberíamos recordar que los británicos hicieron lo mismo
en tiempos de la Guerra con Chile, y como oficiales británicos
sabotearon los ataque del Huascar, que fue construido por ellos,
permitiendo su captura. Así que desde ese punto de vista no le
debemos lealtad a nadie; pero, en el espíritu de una nueva América
Latina, yo celebro que se le de apoyo a Argentina con éste gran
gesto, y, pido desde este subterráneo medio que sepan ser gratos y
no olviden la historia. Y a todos los congresistas de oposición de
mi Perú, citando la inmortal trova del maestro León Gieco les
recuerdo que llevamos mas de cinco siglos besando pies y llenando a
nuestros hijos de mineral, así que viene siendo hora de tener
identidad, autorespeto y sobre todo (léanlo con todas sus letras)
DIGNIDAD.
Aquí con ustedes el segundo comunicado de la embajada británica:
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