miércoles, 11 de abril de 2012

SECUESTRO DE TRABAJADORES DEL PROYECTO CAMISEA




El nueve de abril último se produjo el atentado, que se puede considerar, el más grave en los últimos años a la libertad personal, los derechos humanos, y sobre todo un atentado que nos regresa a la mente que la malsana sombra del terrorismo sigue viva. Esa madrugada al promediar las tres de la mañana, aproximadamente 150 hombres armados, entre adultos y menores de edad, atacaron las oficinas del consorcio Camisea y secuestraron a 40 trabajadores de las empresas Shanska y Contrucciones Modulares, subcontratistas del proyecto Camisea; no obstante, primero despertaron a los pobladores del poblado de Kepashiato en Echarate en la Convención – Cusco, y a las autoridades, los reunieron en la via principal y discursaron (según testimonios obtenidos por el diario La Republica) en contra del actual gobierno al que consideran traidor; en contra de la explotación del gas de Camisea, en contra del orden social que se tiene en Perú; también dejaron en claro que se encuentran satisfechos por la captura de Florindo Flores Hala “camarada Artemio”, repartieron volantes y hablaron con los pobladores; previamente habían cerrado las vias de acceso a la zona, luego secuestraron a los trabajadores a quienes los condujeron por un camino de herradura y luego en una van y varias camionetas; en horas de la mañana liberaron a tres trabajadores, una médico, una enfermera y un chofer que hicieron llegar los “requerimientos” del grupo terrorista.

Los secuestradores han pedido 10 millones de dolares y un millón de dolares mensuales como rescate por los trabajadores. Los reportes policiales manejan las hipotesis de dos rutas de escape, y además se presume que los terroristas al mando del “camarada Gabriel”, Martín Quispe Palomino, serían quienes tienen secuestrados a los trabajadores. Hasta el momento solo sabemos que la zona se ha declarado en estado de emergencia y que se ha destacado a efectivos tanto de la policía (SUAT) así como del ejercito a la zona para encontrar y liberar a los secuestrados.

La reacción del gobierno ha sido tardía, no se ha visto avances al respecto; sin embargo, es una situación que se ha debido prever, pues recordemos que en febrero último la comisaría de Pujiura fue atacada con armas de largo alcance, al parecer por terroristas, ataque que dejó como saldo dos efectivos gravemente heridos, además, algunas versiones no confirmadas indican  que algún ingeniero de Camisea había denunciado amenazas por parte de desconocidos, así pues, era una situación que quizá se pudo prever, es hora de que el ejecutivo actúe rápida y eficientemente para erradicar de una ves este flagelo que martiriza al Perú, y ojalá que esas ONG's y organizaciones de derecho humanos esta ves no actúen a favor de la miseria de estos sujetos.

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Jorge Basadre
Materiales para otra morada, 1960