Cómo ya lo habíamos previsto – aunque
muchos se burlaron – la situación política de nuestro país es, algo más que,
preocupante debido a la evidente corrupción de las instituciones del estado; y
encabezando la lista se encuentra el congreso (kongrezoo) de la república, cuya
única función en los últimos meses ha sido acorralar al ejecutivo (atacar y
contraatacar) aprobando leyes antojadizas. Era evidente para este medio (y lo seguimos sosteniendo) que el espectáculo de la anulación del indulto a Alberto
Fujimori, era un plan orquestado para dar la sensación de que el Poder Judicial
es autónomo y, sobre todo, que está en contra del partido de la señor K eiko
Fujimori (Fuerza Popular), puesto que ya se encontraba en su cálculo político,
la aprobación, al caballazo, entre medias noches y firmas fantasmas, de la ley
Alberto Fujimori. El otro gran teatro orquestado, para mostrarnos lo crédulos
que somos, fue la supuesta detención preliminar de 10 días (para matarse de
risa, creo que nunca he visto 10 días de arresto para una investigación que
lleva meses), de la señora K eiko y su sequito partidario; así pues, este
segundo teatro tenía la clara intención de hacernos creer que el fiscal Chavarry
no es naranja; entonces, creo que es, más que evidente, la situación. Ahora nos
encontramos con una bancada aprista en el congreso, dando declaraciones a la
prensa diciéndole al presidente de la república que tiene entre manos
documentos originales de un plan de “conspiración” contra el shogunato (perdón el
régimen parlamentario de Fuerza Popular – APRA), dando pruebas a todas luces de
que vivimos una “guerra de baja intensidad” cuyo mejor exponente, en Perú, es
el señor Vladimiro Montesinos; así pues, es la primera vez que siento un tufo a
Montesinos en todo lo que está sucediendo actualmente.
Parece que los fantasmas del
pasado (y es solo mi opinión personal) vuelven y no quieren que Perú se
convierta en una verdadera república y siga siendo una república bananera en la
que los caudillos se reparten los dólares mal habidos de la corrupción. Sin embargo,
estos supuestos agentes de la corrupción estarían olvidando que los tiempos están
cambiando y que, si Vizcarra tiene algo de poder, es porque el pueblo peruano
lo ha revestido de legitimidad; legitimidad sin la cual no podría ni moverse
libremente; entonces, parece también que estos señores han olvidado que, una
vez, ya se recupero la democracia y que podemos volver a recuperarla, sin
importar a quienes tengamos que arrebatársela. El Perú ya no está para guerras detrás
de cámaras ni mensajes cultos por televisión, ya no estamos para guerras de
baja intensidad entre políticos ni luchas de poder, acá lo que importa es que
reformemos nuestro país para que al menos tengamos un futuro como nación.
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