CRECIENDO EN EL LODO
Así como la religión
nos enseña cosas buenas, no hace crecer con el
miedo a algo que quizás no existe.
La discusión entre la
gente que cree en Dios y la que no, es cada vez
más tensa; pues,
ir en contra de aquello que
es tu Dios es una ofensa; sin embargo, querer imponer y no respetar a alguien que no cree
en nada es igual de ofensivo.
En realidad, nadie desde ninguna posición,
por importante que fuese – como la Asamblea General de
las Naciones Unidas – o cuando el Papa, en
persona, da misa, y ni siquiera él o los líderes de las
diferentes religiones pueden decir: yo puedo
probar que Dios existe; nadie puede probar dicha
hipótesis.
Hasta ahora la ciencia
ha demostrado que en un futuro se podría hacer de los hombres entes perfectos,
por lo menos eso es lo que se quiere; sin
embargo, hay, todavía,
gente que cree que las cosas buenas provienen únicamente de la religión, la pregunta es:
¿sabemos diferenciar entre los valores que rigen el bien común y los que rigen la religión?
Señores, la religión no es cien por
ciento bondad, y,
la misma religión, lo viene demostrando desde siempre, por otro lado la
ciencia se ha impuesto a guerras, masacres y epidemias, salvando a gente de la
muerte y haciendo la vida más fácil.
En conclusión: haber crecido siempre en el lodo, nos ha acostumbrado a bañarnos
en él, que nos da
tanto temor el hecho de querer probar el agua limpia; de la misma forma en que nos
da miedo decir: ¿Existe un Dios?, y si digo que
no existe, ¿Me pasara algo?.
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